CHAVIANO Y MI SOBRINITA
Esta es una historia de dos personas , Chaviano y Elisandra .sucede en la ciudad de Villa Claras ( la ciudad del ché ) , Reparto de José Martí , en barrio de hormigón tipo soviético , que fue trasplantado y humillado para hacer el mausoleo del Ché
Chaviano era un tipo que andaría por los setenta años , enjuto , disciplinado , buen conversador done los haya , que trabajo en la fabrica de artefactos y sartenes que el ché fundo a la entrada de la ciudad. Un comunista convencido e idealista con el que pasaba largas horas charlando de todo, desde la guerra de los mambiches , hasta la degración que vivía la juventud cubana. Eso si acompañados casi siempre de un café con chicharro.
Elisandra era , ya será una mujer , una trigueña que no levantaba dos palmos del suelo , con unos enormes ojos negros , pelo a lo afro y con un descaro inhabitual para una criatura tan joven.
Recuerdo que el día de mi partida acompañe a chaviano a la shopping ,fuimos a comprar café y alguna cosa más , mientras el miraba sus cosas yo vi un estante con unos relojes , me fije en uno y lo compré ( costo unos cien chavitos ).
Cuando salíamos le dije “es un regalo , como seguramente nunca volveremos a vernos para que tengas un recuerdo “ , mirándome emocionado me pregunto ¿Cuánto te costó? Yo le respondí “unos diez chavitos “ , el me dijo “ tantoo “ , yo le respondí que los recuerdos no tienen precio , el hizo un silencio y me dio un abrazo.
Esa misma tarde cuando caminada de casa de chaviano a la casa de la abuela de Elisandra , Olga, la encontré jugando en el parque , corrió hacia mi y me dijo “tio me compras una caja de colores”, yo le dije “ claro “ , y fuimos a comprar la caja de colores a la shopping , a la vuelta paré unos minutos para saludar a un negro, Cesar , un amigo que estaba desparramado en un banco a la sombra de un tamarindo.
Antes de que terminase de despedirme de Cesar , llego apresurada y me dice “tio a la caja le falta un color , el rojo , a mi me hizo gracia y le dije “que hacemos “, ella me contesto “me tienes que comprar otra caja de colores que esté completa “ ……..en fin compramos otra caja y al salir de la shopping salió corriendo a ver a sus amiguitas , fue la última vez que vi a esa criatura .
Así que solo me restaba despedirme de Olga , me puse en marcha y llegue a su casa , entré y allí estaba Olga, haciendo su catre , por que llamar cama a eso era tener mucha imaginación , le dije “no se preocupe termine” y la buena mujer termino de hacer su cama y después para mi sorpresa tomo la almohada para mullirla y a que os imagináis que había debajo de la almohada……………………UN COLOR ROJO , le di un beso a Olga y partí hacia la máquina.
Recordando esta vivencia me pregunto por la complejidad de la vida , por las niñas de cuarenta y seis años , por los viejos de diez , o tal vez todos dentro tengamos un niño , un viejo , un malvado , un bondadoso , un inocente , un valiente y dios sabe cuantos más .
La vida a veces nos atropella entre tanta contradicción, nos atrapa y quedamos a su merced , Chaviano , Elisandra , Olga , Cesar , tú y yo, si somos sinceros con nosotros mismos a veces solo podemos decir estoy perdido.
Una vivencia entrañable e inolvidable si duda, y muy lista la pequeña que escondió el color rojo para tener otra caja más... ¡que gracia!
ResponderEliminarBesos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarme suena a oro jjj .gracias
EliminarLa reflexión forma parte de la vida y a veces se alimenta de recuerdos, esta vivencia como muchas otras marca estados de animo
ResponderEliminarque te pueden ayudar a seguir viviendo.
Un saludo amigo.